Hace unas semanas, una madre que contactó conmigo para una asesoría de lactancia con su bebé de 2 meses, me contaba cómo, a pesar de acudir a su profesional de la salud de referencia, hacer una frenectomía a su bebé (¨cortar el frenillo¨, como se dice vulgarmente), ir a sesiones habituales de fisioterapia con el bebé, acudir a varias asesoras, etc., etc., seguía teniendo problemas en su lactancia, con tomas eternas y continuas, pinchazos en el pecho, un bebé inquieto, y demás cuestiones que muchas tristemente hayáis vivido o estéis en ello. Tras la recogida de información que hago previo a la asesoría y ya en la propia consulta, entre otras muchas cosas que hicimos, le pedí información sobre cómo estaban realizando la rehabilitación de esa lengüita, que cositas estaban haciendo en casa para mejorar…Y me respondió contándome acerca de todos estas consultas con diferentes profesionales que estaban realizando. Y esto me hace reflexionar alrededor de distintas cuestiones que te señalo más abajo. Porque, antes de nada, ¡por favor! ¡No me eches a los leones! No estoy culpando a la madre (ni a la pareja si la hay) de absolutamente nada. No estoy diciendo que ¨POR SU CULPA la lactancia no va bien¨. No. Yo solo hice las preguntas que necesito para conocer que está sucediendo y qué pasos están dando para así tener una imagen completa de la situación. Conozco de primera mano el desborde emocional que suponen las dificultades en la lactancia y lo difícil que se hace ir solucionando las situaciones que se van dando en esas dificultades a causa de: el cansancio, quizá una recuperación física tras un parto complicado, la propia montaña rusa emocional del posparto, la falta de profesionales que nos puedan ayudar DE VERDAD en lactancia, el desconocimiento y desinformación que hay hasta incluso dentro de las propias consultas que acompañan a madres recientes y bebés… Está claro que esta información que te estoy dando sobre esta familia está muy muy resumida. Cada lactancia, cada madre y cada bebé tiene sus particularidades y faltan muchos (pero que muchos, muchos) datos, pero no quería dejar esta oportunidad para reflexionar abiertamente sobre esto, ya que estoy segura de que te puede ayudar (esa es mi intención, desde luego). Sobre todo porque, habiendo ya acompañado a muchas familias, he podido observar como ciertas cuestiones, que te muestro a continuación, se repiten: |
– Creer que va a haber ¨algo¨ o ¨alguien¨ que dará con a clave. Que conocerá la ¨fórmula mágica¨ que solucione la dificultad (sin el tiempo, dedicación y perseverancia que suele requerir) – Esperar que en una consulta se solucione todo ¨por arte de magia¨: Si contratas a alguien para que te guíe, será eso, una guía y un acompañamiento, pero el trabajo tienes que hacerlo tú. Y en una sola consulta te aseguro que no se van a poder solucionar las dificultades (y eso no significa por sistema que ese profesional sea ¨malo¨ – que quizá si, es una kk). – Dejar en manos de otros profesionales la solución a las dificultades, creyendo que sin el trabajo en casa, los problemas se solucionaran solos: Esto es como cuando vas al psicólogo. Vas a que te guíe, te acompañe, te dé quizá ciertas pautas…pero el trabajo duro lo has de hacer tu cada día (gracias a esa guía y ese acompañamiento que el te brinda en cada consulta) – Probar muchos profesionales sin una ruta previa en la que los pasos están marcados (a pesar de que haya eventualidades y cambios en el camino) con el fin de encontrar el milagro: Está claro que hay muchos profesionales desactualizados y desinformados y que tu puedes ir donde quieras. Pero, tiendo a ver en muchas ocasiones que, lo que se buscan son segundas, terceras, cuartas…opiniones para encontrar esa que cuadre con lo que nos gustaría que sucediera. En muchas situaciones, de hecho, lo que pasa es que la opinión que cada profesional da, es la misma. Y aquí, creo yo, que las personas que acompañamos lactancias, tenemos mucha responsabilidad. Porque si tú estás buscando ayuda pero entre los profesionales no te explicamos bien cual es el camino a seguir, qué pasos va a haber que dar, qué profesionales vamos a trabajar en conjunto contigo…pues puede dar una absoluta sensación de abandono. – Buscar que alguien nos diga qué hacer o que refuerce la decisión que queremos tomar: A veces, la propia desesperación nos hace querer delegar en otros nuestros deseos. Pero ese es un terrible error porque de esta manera no iremos por el camino que DE VERDAD queremos transitar y podemos incluso llegar a culpar de lo que suceda al que toma las decisiones por nosotros. Y otras veces, se busca encontrar que alguien refuerce la decisión que queremos tomar para sentir que ES LA MEJOR. |
Todas estas cuestiones no solo no nos van a ayudar si no que nos pueden perjudicar en nuestro camino a la solución de las dificultades. Y entonces, a ver Leticia, ¿Qué cosas me van a ayudar en el camino a la solución de las dificultades? Pues como esta entrada me ha quedado muy larga, te lo cuento en un par de semanitas. Y como siempre, estoy al otro lado de este texto como asesora de lactancia en Durango. Un abrazo. |