Cuando aparece un arcoíris no significa que la tormenta nunca sucedió o que no se está lidiando con el dolor. Lo que significa es que algo hermoso y lleno de luz apareció en medio de la oscuridad de las nubes. Las nubes de la tormenta pueden todavía amenazar, pero el arcoíris provee un balance de color, energía y esperanza.
Sé que este camino puede ser emocionalmente desafiante. Es normal sentir miedo, incertidumbre y culpa. Pero también es posible encontrar la esperanza y la alegría en medio de la tormenta.
Mi compromiso es ofrecerte un espacio seguro donde puedas expresar todas tus preocupaciones y miedos sin juicio. Juntas, podemos encontrar estrategias para manejar el estrés y fortalecer tu bienestar emocional para poder seguir adelante con confianza y esperanza. Aquí tienes tu espacio seguro y lleno de comprensión para que puedas:
Si atiendes tus emociones, te permitirás descubrir un nuevo comienzo. Serás capaz de abrir la puerta al nuevo bebé arco iris de una manera tranquila, sintiéndote segura y fuerte para el nuevo proceso de embarazo y vivirlo así con esperanza e ilusión.
Quiero que sepas que es normal sentir una especie de deslealtad hacia tu bebé que ya no está y que amar a este nuevo bebé no significa olvidar al que se fue, sino que ambos ocupan un lugar especial en tu corazón.
Mantener una distancia emocional puede ser una forma de protegerte, pero también puede limitar la conexión con el bebé que está ahora en tu vientre.
Sembrar una nueva semilla de esperanza después de una pérdida a pesar de los temores y las dudas, es un acto de valentía llena de vulnerabilidad. Requiere tiempo paciencia y autocompasión. Y yo te acompañaré a cultivar este pequeño brote, a nutrirlo con cuidado y a celebrar su crecimiento, sabiendo que cada etapa de este viaje es única y valiosa.
Te brindo un espacio donde podrás expresar tus sentimientos sin juicio. Mereces recibir todo el cuidado y la atención que puedas obtener en esta etapa tan importante de tu vida.
Aprenderás técnicas para manejar el estrés, la ansiedad y el miedo. Es como si una parte de ti quisiera protegerte de otro dolor tan profundo. Aprender a gestionar estas emociones es fundamental para afrontar esta etapa de una manera tranquila, sintiéndote segura y fuerte.
Si así lo quieres, te conectaré con otras mujeres que han pasado por experiencias similares.
Pondré a tu disposición las herramientas para fortalecerte emocionalmente y afrontar los desafíos de esta etapa de tu vida.
Te ayudaré a desarrollar las habilidades necesarias para tomar tus propias decisiones informadas y construir tu propio camino.
Nos conocemos en la sesión inicial gratuita. Esta consulta tiene una duración de 20 minutos. La usamos para conocernos y sobre todo para que me cuentes cómo te sientes.
Juntas creamos la forma de trabajo que mejor se adapte a ti y buscamos la primera cita para empezar el proceso. Será tu espacio seguro y sin juicios donde podrás expresarte y sentir que eres comprendida. Identificaremos juntas tus desafíos y emociones.
Te acompañaré en todo tu proceso, te ayudaré a comprender lo que sientes, a encontrar la claridad en medio de tus pensamientos y sentimientos.
El precio de la consulta individual es de 55 euros y tiene una duración de 50 minutos.
En el caso de la terapia de pareja es de 75 euros y tiene una duración de 80 minutos.
Esta es una pregunta difícil de responder. Cada caso es único por lo que la duración y la frecuencia de la terapia es flexible ajustándose al progreso y las necesidades de cada persona y acordándolo siempre entre tu y yo.
Sin embargo, la frecuencia semanal es la más común, ideal para mantener un ritmo constante en la terapia y especialmente efectiva en las fases iniciales de tratamiento, donde los síntomas pueden ser más intensos. Más allá de ir a terapia cada semana, no hay que olvidar que también es muy importante llevar a cabo las tareas y ejercicios que te recomiendo para realizar fuera de sesión.
Con el progreso del tratamiento, la frecuencia puede disminuir a sesiones quincenales o mensuales.
Es complejo responder con una certeza absoluta a esta pregunta, ya que el número de sesiones necesarias varía de persona a persona.
La duración de la terapia puede variar desde unas pocas semanas hasta varios años, dependiendo de la eficacia del tratamiento y de como te vayas encontrando tu.
Te animo a que mantengas la paciencia y comprendas que el tratamiento es un proceso que a veces puede ser largo y complejo. Las mejoras pueden no ser inmediatas, pero cada sesión contribuye a un progreso gradual hacia la recuperación. Además, el objetivo de la terapia no es solo aliviar síntomas a corto plazo, sino también prevenir recaídas y desarrollar habilidades duraderas para mantener tu bienestar a largo plazo.
No existe un plazo estándar para determinar cuándo una terapia surte efecto, ya que su impacto varía según cada una, teniendo en cuanta la situación a la que te estás enfrentando.
En general, el fin de la terapia suele ser un proceso gradual y colaborativo entre nosotras dos y sujeto al alcance de los objetivos específicos acordados. Lo que puede implicar la resolución de tus dificultades, el desarrollo de habilidades de afrontamiento o la mejora significativa en tu calidad de vida.
Las consultas se pueden realizar de forma online a través de Google Meet o de manera presencial en Durango.
En ambos casos el momento del día lo acordaremos entre ambas en horario de mañana o tarde de lunes a viernes.
Para cancelar o aplazar una cita ha de hacerse antes de las 24 horas previas a la sesión para poder reorganizar la agenda con el suficiente margen de tiempo sin que ocasione un perjuicio ni a mi tiempo ni del resto de mujeres que acompaño.
Aquellas citas que no se cancelen con ese margen de tiempo mínimo de 24 horas, implicarán el coste de una hora de sesión.
Mi andadura e interés en este ámbito fue un poco ¨de casualidad¨.
En 2014 tras el nacimiento de mi primer hijo y una experiencia de parto horrible, la maternidad me atravesó como un rayo, ocupando todos los espacios, transformando cada célula de mi ser.
Varios años más tarde, tras un ingreso en la neonatal de mi hijo mediado, una perdida de embarazo en medio de la pandemia, dos partos en casa y mucho estudiar, no pude hacer otra cosa que rendirme a esta senda que se abría ante mí y acompañar a las mujeres en su propio caminar.