Aprende a poner límites en tu maternidad
El precio de nunca poner límites es más alto de lo que imaginas. Muchas veces, en nuestro afán por agradar y ser aceptadas, nos desdibujamos lentamente. Al tolerar y aceptar todo lo que los demás quieren, terminas diciendo «sí» cuando en realidad quieres decir «no», sacrificando tu bienestar personal por cumplir con las expectativas de los demás. Cada «sí» que dices en contra de tu voluntad es un «no» que te dices a ti misma. Esta constante complacencia puede llevarte a acumular frustración y resentimiento, y a sentirte atrapada en situaciones que no te hacen felices. Dejar de poner límites supone aceptar situaciones