Sobre la salud mental de los profesionales de atención al parto.
Algunas matronas pueden desconectarse o distanciarse de las familias. Ellas también están en shock y así es difícil manejar las propias emociones.
Otras pueden llegar a rogar que el bebé este vivo e incluso hacer promesas de ser mejores si este responde.
Para muchas matronas la muerte es un misterio y eligen no hablar de sus propias emociones.
Los sentimientos manifestados por los profesionales pueden ser de pena, ansiedad, inseguridad, resentimiento, culpa, rabia, sensación de fracaso e impotencia, y están relacionados principalmente con no saber enfrentarse y manejar estas situaciones ( impotencia al no saber qué decirte en esa situación).
Ese profesional que ha acompañado la muerte probablemente no tenga tiempo para asimilarla porque deba acompañar seguido a otra mujer.
¿Como atenderá a ese nuevo nacimiento? ¿En serio será capaz de apartar de su mente lo vivido y atenderlo plenamente, sin miedo?
Los profesionales necesitan formación para atender estas situaciones tan traumáticas también para ellos. Pero también necesitan tiempo, acompañamiento, escucha.
Nuestro sistema sanitario también les violenta con cifras a las que llegar, estadísticas que cumplir, sin tiempo para el descanso y la aceptación, sin posibilidad de expresar su dolor. Continuando así con el tabú sobre la muerte, siguiendo con la rueda de la productividad.