No es fácil hacerlo.
La culpa nos invade con el ¨hoy no he hecho nada¨
Y las circunstancias personales no siempre lo permiten.
A veces la soledad.
A veces la demanda de otros hijos.
Otras veces el miedo y la resistencia a abandonarse a una vida que ya no es la que conocíamos..
Pero si no lo haces probablemente sientas que navegas contra una fuerza opuesta brutal.
El posparto obliga a:
Rendirse frente a las tomas continuas.
Rendirse a los pequeños momentos de descanso.
Rendirse al silencio y a la calma.
Rendirse a los ritmos de otro.
Rendirse a las canciones de cuna, los paseos en el pasillo, los brazos, las caricias y los besos.
Aceptando el desorden
Aceptando el tiempo sin tiempo.
Aceptando la pausa.
Aceptando que de esta manera ya lo estamos haciendo todo