NO TODAS LAS BÚSQUEDAS ACABAN CON UN BEBÉ EN BRAZOS.
Puede que tu bebé haya muerto. O que hayas decidido ponerle fin a la búsqueda quizás tras años de tratamientos o sencillamente porque no te apetece utilizar esa opción. O porque ya no quieres intentarlo más. O porque por diferentes motivos, ya no lo ves posible.
Escúchame, ninguna de estas opciones supone que ¨te estés rindiendo¨ como puede que escuches a tu alrededor. Que ya no eres una ¨luchadora¨. Que ¨no podrás ser feliz¨ o que ¨perderás la ilusión por vivir¨.
Quizá por un tiempo sientas que esto es así.
Pero yo sé que tras el telón de esta dura decisión muy probablemente, en algún momento hayas tenido un intenso periodo de dolor. Que hayas estado en un agujero muy profundo e incluso peligroso, para el que hayas necesitado mucha ayuda. Y que tras esto y con esto, hayas hecho una profunda reflexión sobre tu vida que te hace terriblemente fuerte y valiente.
Esta reflexión no siempre es posible, ni de forma tan colorida a como se pinta en los libros de autoayuda .
Pero si te sirve y me permites decírtelo, aunque quizá ahora te moleste esto que te cuento, sé que es probable que en algún momento, aunque ahora no sea así, con la aceptación, venga la paz y una profunda esperanza e ilusión en la nueva vida que te espera.
Y si ahora te chirría lo que lees porque estás en pleno dolor, desecha mis palabras sin más . Olvídalas. Y sumérgete en el dolor que es lo que te toca.
Si quieres hacerlo acompañada, yo estoy aquí, te leo y te escucho. Y no voy a intentar convencerte de que te sientas de ninguna manera a como te sientes ahora. No voy a forzarte a ver un arco iris que no hay, ni a mostrarte una ilusión que se ha esfumado. No voy a señalarte la enseñanza que te ha traido el proceso, ni a insistirte en el crecimiento que toda la propaganda trata de inculcarnos.
Yo te acompaño y llegaremos donde tu quieras.
Y permíteme abrazarte desde la distancia aunque ahora no lo puedas soportar.