Me gusta imaginar la fecha en la que hubieses nacido.
Una noche lluviosa de una primavera, llena de amor y vida, de hace ya un tiempo.
Me imagino observándote en la oscuridad. Chiquita, húmeda y cálida sobre mi pecho.
Sostenida entre mis brazos.
Viva.
Imagino como hubiese sido ser tu mamá.
Imagino una vida contigo.
Una vida en donde tus hermanos te estirarían de tu precioso pelo dorado lleno de bucles.
Y ya puestos a imaginar, os imagino corriendo, jugando y riendo juntos en un campo, en un atardecer soleado mientras las libélulas bailan sobre un río cercano haciéndome un guiño.
Y yo os observo a medias entre las altas hierbas, admirando la magia, agradeciendo la suerte a la vida.
Imagino el paso del tiempo y de los años…
Imagino que hubiese sido…
…Imagino que no hubiese sido…
A veces, con música, en silencio, sin que nadie lo sepa, me gusta imaginarte en todo los lugares en donde sé que hubieses sido feliz.