“Pronto volverás a la vida real”, “Cuando se te acabe el permiso ya no podrás pasear tanto”…o frases similares con las que, además de no tener ni idea y minimizar el trabajo de maternar, nos señalan que el posparto es un paréntesis, una pausa en nuestra vida.
La vida parece medirse por el número de horas que trabajamos y consumimos. A más horas de trabajo y más consumo, una vida con más valía y sentido. Pareciera como si las madres en posparto NO HICIERAN NADA con esta teoría. Como si mecer, arrullar, cantar, amamantar, alimentar, calmar, escuchar, jugar, asear,…Y en definitiva, SOSTENER, no fuera suficiente para aprobarnos en esta carrera del vivir y del ¨hacer algo¨.
Si ¨bien-vivir¨ es tener una agenda repleta, no escucharnos y anular nuestras necesidades, ¿Por qué será entonces que tanta gente desea que llegue el fin de semana o sus vacaciones para poder escapar o desconectar de esa forma de vida?, ¿A que se deberán el auge del MINDFULNESS, del yoga, de la meditación o de los retiros espirituales?
¿Por qué tenemos entonces tanta necesidad de escapar de nuestra vida?
El posparto SI ES LA VIDA.
El posparto no tiene que ser UN INFIERNO.
En el posparto lo estás HACIENDO TODO.
En el posparto LA VIDA NO PARA.
El posparto es conexión, cuidado, contacto, piel, escucha, calma y amor.
TAMBIÉN HACIA TI MISMA.