Ese cuerpo, que soy yo,
con sus cicatrices, sus estrías, su línea alba,
ha creado en ocho años cuatro veces vida.
Con sus subidas y bajadas de peso.
Varias operaciones,
cansancio,
falta de sueño.
Con sus idas… y venidas…
Ese cuerpo, que soy yo.
Respira, se mueve, anda, vibra.
A veces llora.
A veces duele.
Puede bailar, sentir bienestar, placer.
Reír, sentir alegría y pena.
Ese cuerpo, que soy yo,
que tantas veces he odiado,
y tan poco admirado,
me permite estar VIVA.