El duelo como espiral

Tras la muerte de tu hijo, es probable que vivas una serie de experiencias durante el primer año hasta volver al mes y día donde comenzó todo.

Sentirás que es un duelo que crece en el tiempo hacia arriba, como un camino que recorrerás a través del cual volverás por encima de la casilla de salida, de los diferentes momentos que fueron importantes hace un año, pero que se viven desde la distancia que marca el tiempo y el ser ya otra persona distinta.

Las primeras semanas vivirás días repletos de aniversarios: la primera semana tras su perdida, (teniendo en cuenta el día concreto de la semana en la que se vivió, este será especialmente intenso), la primera quincena, el primer mes… El día de la semana y el día del mes en que ocurrió… Tal vez tenías una agenda de días marcados con visitas médicas…

Fechas clave que irán llegando y se irán yendo, marcando una distancia física con el día en el que tu mundo se paró, diluyendo un dolor al que no se quiere renunciar, como si ahondar en la herida para que siga doliendo hiciera mas real un embarazo y un ser que poca gente recuerda ya como alguien que existió en el mundo.

Muchas personas puede que te cuenten que el segundo año es mas sencillo. Quizá porque se vuelve a revivir lo que paso pero con el bagaje que aporta la experiencia ya vivida. El tiempo da la perspectiva suficiente como para ver lo sucedido desde la distancia. Pueden volver a reactivarse alguna de las fases del duelo pero desde otro prisma: el de la experiencia y el aprendizaje que da lo vivido y el haberlo integrado un poco más todo. Lo mismo ocurrirá en años sucesivos.

Tras la muerte de un bebe queda la ilusión truncada de cómo habrían sido vividas esas fechas tras su nacimiento.

El tiempo de vida que pasó en tu útero fue un tiempo real, no solo para vosotros sus padres, sino para todas las personas que le esperaban y también le amaban.

(Información extraída de la formación ¨ Asesoras Stillbirth Support¨ de Mónica Álvarez.)