¨¡Disfruta, que estás embarazada!¨ te dice tu madre mientras tu intentas dejar de pensar en las náuseas que tienes desde que despertaste a la mañana
¨¡Disfruta, que estás embarazada!¨ te dice tu amiga mientras vas caminando al fisioterapeuta, para ver si hay salida a ese dolor en la zona de la pelvis que te acompaña desde hace semanas.
¨¡Disfruta, que estás embarazada!¨ te dice tu vecina mientras te animas a coger cita con esa psicóloga que te han recomendado, porque ya no puedes más con el miedo y la ansiedad que te invaden desde, cuando al comienzo del embarazo, empezaron a aparecer recuerdos de tu infancia.
¨¡Disfruta, que estás embarazada!¨ te dice otra madre, mientras tu no paras de mirar la báscula avergonzada y angustiada por ese peso que no hace mas que subir y que te produce una preocupación que creías de años superada.
«¡Disfruta, que estás embarazada!», te repiten todos mientras tú piensas en ese embarazo que no pudo ser, en ese bebe que no está, que murió y por el que tanto miedo tienes ahora de contar nada.
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El embarazo no es siempre, o al menos no todo el rato, un camino de rosas. Un período de alegría y bienestar constante, en el que los días transcurren entre caricias a nuestra barriga, con vestidos de encaje y bordando ropita de bebé. Que también eh, claro que si. El embarazo puede ser un período de crecimiento, goce e ilusión.
Pero al igual que en la vida, en el embarazo también nos suceden cosas a nivel físico y emocional. Y es lícito poder desahogarse y, desde luego, buscar ayuda específica.
