Convertirme en madre me hizo mas fuerte.
Caminar sobre suelo resbaladizo sorteando los juicios y opiniones violentas de manera constante ,
Las perdidas, la búsqueda, la convalecencia y la enfermedad que a veces a muchas nos toca sortear,
Las intensas experiencias, la locura, la tristeza, la alegría, la lagrima en la garganta , la nostalgia, el miedo, el amor profundo. La ambivalencia propia de la maternidad.
La nueva TÚ ante el espejo.
Tengas a tu hijo en brazos o no, hayas conseguido o no un embarazo, el camino de la maternidad nos cambia a todas.