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Parto Traumático
Parir es un viaje intenso, un encuentro íntimo con tu propia fuerza y vulnerabilidad. Una experiencia que te marca para siempre y que te permite una gran capacidad de transformación personal. Sin embargo, si estás aquí es porque has recibido un trato que vulnera tu autonomía y tus derechos.
Reconciliarse con una experiencia tan profunda y personal como un parto puede ser un proceso largo y complejo, pero es posible. Con el tiempo y mi apoyo, podrás reconciliarte con tu experiencia y encontrar la calma que buscas.
Dar a luz es un viaje profundamente personal de amor y de vida. Un encuentro íntimo con tu cuerpo y tu sexualidad. Se trata de un momento único en el que se crea un vínculo inquebrantable. Por esto, es fundamental que te sientas en control, segura y respetada en cada paso del camino de este proceso tan especial.
El trauma
En ocasiones, el parto puede dejar heridas profundas si las cosas no salen como se esperaba. Y no hace falta que haya estado en peligro tu vida o la de tu bebé para que os haya quedado una huella dolorosa.
Mi compromiso es ofrecerte un espacio seguro donde puedas expresar todas tus emociones sin juicio. Juntas, podemos encontrar estrategias para manejar el estrés y fortalecer tu bienestar emocional para poder seguir adelante con alegría e ilusión. Aquí tienes tu espacio seguro y lleno de comprensión para que puedas:
- Sanar tus heridas emocionales
- Fortalecer tu vínculo con tu bebé
- Construir un futuro lleno de ilusión
Cada mujer experimentamos el embarazo y el parto de manera única. Respetar y aceptar tus propios sentimientos, sin juicios ni comparaciones es fundamental para encontrar la paz y sanación interior.
Aunque a simple vista todo parezca 'normal', menospreciar lo que sientes porque tu bebé y tú estáis vivos y bien a nivel físico es como negar una parte de ti misma.
El vínculo con tu bebé
Quiero que sepas que si tienes malestar emocional o físico tras esta experiencia, es normal que esto te esté dificultando los cuidados hacia tu bebé.
Mantener una distancia de tu bebé tras una experiencia así puede ser una forma de protegerte ya que estar junto a él puede haberse convertido en un recordatorio de tu parto.
Sin embargo, si estás aquí es porque has recibido un trato que vulnera tu autonomía y tus derechos, dañando esta conexión especial entre tu y tu bebé y generando traumas que perduran en el tiempo. Permitirte sentir el amor hacia tu bebé no significa restarle importancia a esta experiencia que en vez de ser fortalecedora se ha convertido en una lucha, sino que te abre la posibilidad de reconciliarte con tu vivencia y encontrar la calma que buscas.
Las crisis como las que atravesaste, no son solo espacios de sufrimiento, sino que son momentos únicos de crecimiento personal que nos permiten emerger transformadas, más fuertes y sabias. Cada desafío que enfrentamos nos brinda la oportunidad de conocernos mejor y de crecer en formas que nunca imaginamos. Y yo estaré a tu lado para acompañarte en esta travesía.
¿Cómo te ayudo?
Acompañamiento personalizado
Te brindo un espacio donde podrás expresar tus sentimientos sin juicio. Mereces recibir todo el cuidado y la atención que puedas obtener tras una experiencia tan traumática.
Herramientas prácticas
Aprenderás técnicas para manejar el estrés, la ansiedad y el miedo. Es como si una parte de ti quisiera protegerte de otro dolor tan profundo. Aprender a gestionar estas emociones es fundamental para afrontar esta etapa de una manera tranquila, sintiéndote segura y fuerte.
Elaborar tu relato de parto
Construir tu relato de parto desde que se inició hasta que finalizó es una experiencia sanadora.
Procesar la experiencia
Integrar la experiencia te ayudará a estar más presente para tu bebé pues la energía que dedicabas a sobrevivir al dolor de la experiencia traumática queda liberada.
Reconciliación
Sanar las heridas emocionales de un parto puede ser un desafío. Juntas, exploraremos tus emociones y te guiaré para que puedas encontrar la calma y la aceptación que buscas.
Aunque ese parto que te genera angustia no cambiará, podemos aprovechar juntas todos los aprendizajes que te ha podido ofrecer.
¿Cómo es el proceso?
Nos conocemos en la sesión inicial gratuita. Esta consulta tiene una duración de 20 minutos. La usamos para conocernos y sobre todo para que me cuentes cómo te sientes.
Juntas creamos la forma de trabajo que mejor se adapte a ti y buscamos la primera cita para empezar el proceso. Será tu espacio seguro y sin juicios donde podrás expresarte y sentir que eres comprendida. Identificaremos juntas tus desafíos y emociones.
Te acompañaré en todo tu proceso, te ayudaré a comprender lo que sientes, a encontrar la claridad en medio de tus pensamientos y sentimientos.
La maternidad es una experiencia universal, pero cada una de nosotras la vive de manera única. Y en este espacio encontrarás cuidados, de la manera que tú necesites: que alguien que te entienda te escuche, quizá recibir un abrazo o que alguien te diga que todo va a salir bien.
ALGUNAS DUDAS QUE PUEDES TENER
¿Cuál es el precio de las consultas?
El precio de la consulta individual es de 55 euros y tiene una duración de 50 minutos.
En el caso de la terapia de pareja es de 75 euros y tiene una duración de 80 minutos.
¿Cuánto tiempo y con qué frecuencia tendré que hacer terapia?
Esta es una pregunta difícil de responder. Cada caso es único por lo que la duración y la frecuencia de la terapia es flexible ajustándose al progreso y las necesidades de cada persona y acordándolo siempre entre tu y yo.
Sin embargo, la frecuencia semanal es la más común, ideal para mantener un ritmo constante en la terapia y especialmente efectiva en las fases iniciales de tratamiento, donde los síntomas pueden ser más intensos. Más allá de ir a terapia cada semana, no hay que olvidar que también es muy importante llevar a cabo las tareas y ejercicios que te recomiendo para realizar fuera de sesión.
Con el progreso del tratamiento, la frecuencia puede disminuir a sesiones quincenales o mensuales.
¿Cuántas sesiones de terapia son necesarias?
Es complejo responder con una certeza absoluta a esta pregunta, ya que el número de sesiones necesarias varía de persona a persona.
La duración de la terapia puede variar desde unas pocas semanas hasta varios años, dependiendo de la eficacia del tratamiento y de como te vayas encontrando tu.
Te animo a que mantengas la paciencia y comprendas que el tratamiento es un proceso que a veces puede ser largo y complejo. Las mejoras pueden no ser inmediatas, pero cada sesión contribuye a un progreso gradual hacia la recuperación. Además, el objetivo de la terapia no es solo aliviar síntomas a corto plazo, sino también prevenir recaídas y desarrollar habilidades duraderas para mantener tu bienestar a largo plazo.
¿Cuándo se termina la terapia?
No existe un plazo estándar para determinar cuándo una terapia surte efecto, ya que su impacto varía según cada una, teniendo en cuanta la situación a la que te estás enfrentando.
En general, el fin de la terapia suele ser un proceso gradual y colaborativo entre nosotras dos y sujeto al alcance de los objetivos específicos acordados. Lo que puede implicar la resolución de tus dificultades, el desarrollo de habilidades de afrontamiento o la mejora significativa en tu calidad de vida.
¿Cómo se realizan las consultas?
Las consultas pueden realizar de forma online a través de Google Meet o manera presencial en Durango.
En ambos casos el momento del día lo acordaremos entre ambas en horario de mañana o tarde de lunes a viernes.
¿Puedo cancelar o modificar una sesión que ya he reservado?
Para cancelar o aplazar una cita ha de hacerse antes de las 24 horas previas a la sesión para poder reorganizar la agenda con el suficiente margen de tiempo sin que ocasione un perjuicio ni a mi tiempo ni del resto de mujeres que acompaño.
Aquellas citas que no se cancelen con ese margen de tiempo mínimo de 24 horas, implicarán el coste de una hora de sesión.
Soy Leticia y esta es mi historia
Mi andadura e interés en este ámbito fue un poco ¨de casualidad¨.
En 2014 tras el nacimiento de mi primer hijo y una experiencia de parto horrible, la maternidad me atravesó como un rayo, ocupando todos los espacios, transformando cada célula de mi ser.
Varios años más tarde, tras un ingreso en la neonatal de mi hijo mediado, una perdida de embarazo en medio de la pandemia, dos partos en casa y mucho estudiar, no pude hacer otra cosa que rendirme a esta senda que se abría ante mí y acompañar a las mujeres en su propio caminar.