El otoño y el invierno son una época que, en general a la mayoría, nos invitan a la quietud, la calma, a estar más hacia dentro y en general a actividades más introspectivas como leer, cenas intimas, hornito de casa, caminar, montaña…
Por esto mismo, pienso que ¨hacer cuevita¨, transitar el posparto, es más fácil en esta éstacion del año. Parece que la propia estación nos lo pone en bandeja.
¨Hacer cueva¨ es la necesidad que tienen gran parte de las mujeres puérperas, de permanecer un período de tiempo más ¨hacia dentro¨. De estar en calma con el bebé, sin planes muy elaborados. Estar tranquila, sin excesivos sobresaltos dándose su tiempo para conocerse, instaurar la lactancia (salvando también las posibles dificultades que puedan surgir), dormir, descansar…Estar.
Para cada mujer este periodo de tiempo tiene una duración determinada pero, esta necesidad de introspección suele finalizar teóricamente entre la segunda semana y el final de la cuarentena aproximadamente.
En esta fase, suele haber u momento en el que conviven el deseo de estar ¨hacia dentro¨ pero queriendo salir ya ¨ hacia fuera¨, socializar, estar más al exterior.
Sin embargo, esta necesidad de ¨hacer cuevita¨ no tiene que significar ¨estar metida en casa/en la cama¨.
En verano, por ejemplo puede que te apetezca ¨hacer cuevita¨ pero en el exterior. Es decir, dando un paseo mientras porteas, pasar el día en un bosquecito a la fresca, ir a una cala donde sabes que habrá poca gente o pasar unos días en una casita rural en el campo.
Cada madre y cada bebé tendréis unos tiempos y unas necesidades distintas sobre cuando y cómo ir recuperando poco a poco vuestra actividad social y personal, y de como y cuando ir saliendo de esa cuevita en la que, idealmente habríais de haber estado cuidados por otros, dándoos únicamente espacio para los afectos, las caricias, el amor.
Conociéndoos.